Prebases, brumas y selladores: cómo usarlos para que tu maquillaje dure más

¿Te ha pasado que sales de casa con el maquillaje perfecto y, a media mañana, parece que te lo han borrado con una servilleta? Tranquila, no estás sola. La duración del maquillaje es uno de los grandes misterios del universo… o al menos del tocador. Pero te prometo que no hay magia: hay técnica, productos clave y un poco de conocimiento sobre cómo interactúan entre sí.

Hoy te cuento cómo, con tres pasos bien pensados —prebase, bruma y sellador—, puedes conseguir que tu maquillaje aguante impecable desde el primer café hasta el último baile.

 

La prebase: el lienzo perfecto para tu maquillaje

La prebase es ese paso que muchas personas se saltan y luego se preguntan por qué su base no se asienta bien o desaparece a las pocas horas. Es, literalmente, el “pre” del maquillaje: prepara la piel para que todo lo que venga después se aplique mejor y dure más.

Existen diferentes tipos de prebases según el tipo de piel:

  • Matificantes: ideales para pieles grasas o mixtas, ayudan a controlar el exceso de brillo.
  • Hidratantes: perfectas para pieles secas, aportan jugosidad y evitan que la base marque las zonas deshidratadas.
  • Alisadoras o con efecto blur: difuminan poros y pequeñas líneas, dejando un acabado más uniforme.

Consejo pro: aplica una pequeña cantidad solo en las zonas necesarias. No hace falta embadurnarse, con la prebase, menos es más.

 

La bruma facial: el secreto de los maquilladores

La bruma no solo sirve para refrescarte en verano, también hidratan, calman y preparan la piel para que el maquillaje se funda mejor. 

Su función depende mucho de los ingredientes. Las más hidratantes contienen aloe vera, glicerina o ácido hialurónico, perfectos para mantener la piel flexible y luminosa durante horas. Las calmantes, con agua de rosas o camomila, son ideales si tu piel se enrojece fácilmente o ha pasado por mucho sol. Y las fijadoras, con agua de coco o extractos antioxidantes, ayudan a sellar el maquillaje y prolongar su duración sin apelmazar.

Eso sí, elige siempre la bruma según tu tipo de piel: las secas necesitan fórmulas con agentes humectantes (como glicerina o ceramidas) para evitar que el agua se evapore y la reseque aún más. 

Truco de maquilladora: cuando quiero que un maquillaje quede ultra natural, vaporizo una bruma después de aplicar la base y antes de sellar. La piel se ve fresca, como si no llevaras nada… pero todo sigue en su sitio.

 

Selladores: el toque final que lo mantiene todo en su sitio

Aquí llega el gran héroe invisible: el spray sellador. Es el paso final que fija el maquillaje y lo protege del calor, el sudor o la humedad.

Hay versiones con distintos acabados:

  • Mate, para controlar brillos.
  • Glow, si prefieres un efecto luminoso.
  • Resistentes al agua, ideales para eventos largos o si eres de las que bailan hasta el amanecer.

Pero lo verdaderamente importante es lo que contienen:

  • Polímeros (acrilatos y copolímeros): son los responsables de formar una fina película protectora sobre tu maquillaje. Gracias a ellos, el producto se adhiere mejor a la piel, evitando que se transfiera o se corra. Para identificarlos, fíjate si en el INCI están las palabras “Acrylates”, “Polymer”, “Copolymer”, “Crosspolymer”, o incluso “Polyurethane”, dependiendo de su estructura química y función. Si ves “Copolymer” o “Crosspolymer”, estás ante una molécula creada para formar una película resistente y flexible sobre la piel o el cabello. Si ves “Trimethylsiloxysilicate” o “Dimethicone Crosspolymer”, probablemente sea una base de silicona, ideal para larga duración y resistencia al agua.
  • Alcohol: es el ingrediente clave para que el spray se seque rápido y deje ese acabado fresco y ligero que tanto nos gusta. Además, ayuda a fijar los polímeros sin alterar el maquillaje.
  • Glicerina: actúa como humectante, aportando hidratación a la piel y compensando la posible sequedad que el alcohol puede causar.

En resumen: un buen sellador combina tecnología (polímeros), eficacia (alcohol) y cuidado (glicerina). Esa es la fórmula ganadora para un maquillaje duradero, cómodo y con acabado profesional.

Evita este error común: no uses un spray fijador en exceso. Una o dos pulverizaciones a 30 cm del rostro son más que suficientes. Si te pasas, el maquillaje puede cuartearse.

 

El orden correcto de aplicación

Te dejo una mini guía para que no haya dudas:

  1. Limpia e hidrata bien tu piel.
  2. Aplica la prebase según tus necesidades.
  3. Maquilla como de costumbre (base, corrector, etc.).
  4. Pulveriza una bruma hidratante si quieres un acabado más natural.
  5. Maquilla los ojos, labios, colorete...
  6. Al final, usa el spray sellador para fijarlo todo.

Y listo: maquillaje profesional que dura y se siente cómodo.

 

El maquillaje duradero no es cuestión de suerte ni de cantidad de producto, sino de estrategia. Entender cómo y cuándo aplicar cada paso marca la diferencia entre un maquillaje que acompaña todo el día y uno que se esfuma antes del mediodía.

Así que la próxima vez que te maquilles, recuerda: prepara, hidrata, fija… y disfruta.

 

Y tú, conocías la diferencia entre bruma y spray sellador?


Qué producto crees que más influye en la duración de tu maquillaje? Cuéntamelo en comentarios, te leo encantada

 

Un besote!

Marta
 

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