Tanto el maquillaje como la peluquería son profesiones muy creativas. Por eso creo que el profesional debe tener un estilo que lo defina, que veas un trabajo suyo y pienses: "esto es de XX, tiene su estilo". Son profesiones que si carecen de creatividad no existirían!
Cómo encontramos esa inspiración? Pues en mi caso desayunando, comiendo y cenando viendo redes sociales, leyendo revistas especializadas, analizando alfombras rojas, acudiendo a ferias, yendo a pasarelas... Cojo ideas de mil sitios! Y eso inspira mucho para crear un estilo que sea tuyo con esa idea.
Y por supuesto, estando siempre en continua formación. Siempre al día de las últimas técnicas y productos!
Este punto puede ser un poco controvertido porque el concepto de buena imagen seguramente no es el mismo para mí que para otra persona. Tampoco quiero decir que el profesional deba ser un modelo de pasarela con unas medidas perfectas. Simplemente que tenga una imagen que dé confianza al cliente. Para ello creo, y siempre hablando de mi, que debo llevar mis manos cuidadas, ir bien vestida, con el cabello cuidado, un maquillaje ligero,... Esa soy yo y es una de mis señas de identidad. Parece una tontería, pero la primera imagen dice mucho y el cliente se hace una idea del estilo que puede conseguir con esa persona.
Es super importante que entre el cliente y el profesional haya una comunicación fluida. Escuchar lo que le gusta, lo que no le gusta, la idea que tiene... Y para eso hay que preguntar mucho! Yo personalmente siempre tengo una conversación con mis clientes. Hablamos mucho, les hago muchas preguntas, escucho lo que me cuentan y entre los dos, decidimos el maquillaje y peinado que más se adaptan a ese evento.
Aquí entra en juego el sentido estético del profesional, que previamente habrá analizado la morfología de su cliente y ya tendrá claro lo que le va bien y lo que no. No os ha pasado alguna vez que vais a la peluquería y cuando salís tenéis la sensación de que no os han escuchado y no estáis realmente satisfechos? Para mí esa es una opción que no contemplo. Debo tener en cuenta el estilo de mi cliente, la forma de su rostro, sus facciones, su cabello, el vestido que va a llevar, los tonos, los accesorios. Mil cosas que harán que su maquillaje y peinado encajen con todo el conjunto y que éste sea armonioso.
A mí, tratar con profesionales (y con gente en general) que no es amable, comunicativa y/o positiva, no me gusta. Tal cual. Es mi trabajo, lo que yo he elegido como profesión, y si no estoy contenta y receptiva, con una actitud positiva, creo que debería cambiar de profesión!
Una actitud positiva hace que las cosas fluyan por sí solas, que la relación con el cliente sea un camino increíble, que te sientas feliz y realizado, y todo eso se trasmite al cliente.
Está claro que no todos los días son de color de rosa, pero en mi opinión el cliente no tiene la culpa de que yo haya tenido un mal día, esté cansada o tenga problemas. Todo eso debe quedarse en casa. O al menos eso es lo que hago yo.
La ética profesional es indispensable en cualquier trabajo. No vendo un servicio por vender. Cubro necesidades e intento dar al cliente lo que necesita.
Esto tiene que ver con lo que hablábamos antes. Si tienes ética profesional recomendarás a tus clientes lo que realmente necesitan y no lo que te suponga cobrarle más. El cliente debe estar siempre antes que el beneficio. Con esto no digo que el profesional pierda dinero, simplemente que recomiende lo que ese cliente necesita.
Esto también es aplicable a saber cuáles son tus limitaciones y no ofrecer servicios para los que no estás capacitado. Al final ofrecerás un servicio mediocre con el que el cliente no quedará satisfecho.
Debes tener en cuenta ciertos valores añadidos que deben diferenciar el servicio y que influirán en la tarifa que te ofrezca.
No será la misma tarifa la de un profesional con 1 año de experiencia que la de otro con 10. Así como no será el mismo precio si ese profesional ha invertido 100€ en su formación que si ha invertido 100.000€.
Piensa en ti mismo, para llegar a dónde estás, cuántos años de experiencia y formación has tenido? Cuántos años han pasado hasta que has conseguido hacer lo que haces cómo lo haces?
A mí la experiencia me permite conocer muchas pieles, cabellos, trucos, técnicas, cometer errores y saber solucionarlos.
Cuando antes te hablaba sobre la formación, te has parado a sumar el dinero que has invertido en formación? Echando cuentas así por encima te diré que he invertido más de 12000€ en mi formación. Es un dato a tener en cuenta, no crees? Esa inversión es un valor añadido al importe de los servicios.
Los producto utilizados es otro punto a tener en cuenta. Y para mí, muy importante. Me gusta utilizar buenos productos, de calidad, que junto con la técnica me aseguren una duración y acabado óptimos. Las marcas de calidad permanecen más tiempo sobre la piel a la vez que la cuidan, consiguiendo un acabado perfecto y duradero. Para garantizar un resultado perfecto, confío en las mejores firmas. De nuevo un valor añadido al importe del servicio.
Ahora que sabes cuáles son las cualidades que valoro en un buen profesional te preguntarás, y dónde busco a esa persona? O si soy ese profesional, cómo hago para que me contraten?
Yo tengo mi web, donde estás ahora mismo y puedes ver parte de mi portfolio, los servicios que ofrezco y cómo contactar conmigo. También me anuncio en plataformas de trabajo donde subo mi CV. Para mi como profesional es una forma de tener visibilidad.
Las redes sociales también son muy importantes. Como cliente puedes ver los trabajos de esa persona e incluso saber cómo es por sus palabras, descripciones, fotos, ... Como profesional te recomiendo que elijas las que más te gusten, 2 como máximo para que puedas controlarlas. Si quieres abarcar mucho al final las dejas de lado porque te superan. Mis favoritas, Instagram y Facebook. Ser activo y tenerlas al día te ayudará mucho como escaparate de tu trabajo.
Bueno, pues ya tenemos las claves, no? A por ello!
Un besote!
Marta
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